Toluca,
Estado de México.- Este 15 de enero se celebró el día de las y los
compositores; una profesión de múltiples cualidades, que tiene el poder de
tocar almas y corazones, de mover emociones en quienes se brindan la
oportunidad de escuchar, consideró la pianista y compositora Lilia Vázquez
Kuntze.
La también
docente del Conservatorio de Música del Estado de México, detalló lo que
significa para ella la composición musical.
“La
composición musical es para mí, un medio de comunicación, es un puente de
comunión humana, en donde los sentimientos, las emociones y las vivencias son
expresadas y trascendidas en nobleza, a través de este gran lenguaje universal
que es atemporal e intangible”, expresó.
Vázquez
Kuntze descubrió desde temprana edad el gusto por la música, ya que sus
primeras composiciones fueron a los seis años de edad, con el apoyo de sus
padres, a quienes les gustaba mucho la música, así como de una tía con quien
comenzó a estudiar piano.
A los nueve
años entró al Conservatorio Nacional de Música en la Ciudad de México y, más
adelante, se fue a Alemania donde hizo sus estudios profesionales.
“Desde muy
niña me gustaba jugar con el piano, tenía buen oído, escuchaba las melodías y
las podía reproducir en el piano y por esta razón me llevaron a temprana edad a
estudiar música, después empezaron a salir melodías completas, formadas y ya
con estudios de piano me animé a estudiar la carrera de composición musical,
porque improvisaba mucho y componía melodías sencillas.
“Me daba
cuenta que a la gente le gustaba y lograba transmitir, hoy, ha sido una forma
de vida, de procesar internamente las experiencias de vida y poderlas
compartir, ha sido muy bello que los demás puedan conectarse con mi expresión,
pero conlleva mucho trabajo”, recordó.
En cuanto
al proceso creativo, la compositora de fama nacional, explicó que se trata de
dos momentos para realizar una obra; la idea y la técnica.
“El proceso
creativo tiene que ver con el espacio interno para poder dejar que surja una
idea, cuando tengo una imagen o idea, la escribo, escojo lo que me gusta o me
sirve en ese momento, esa es una primera parte.
“Después
viene la técnica, qué voy a hacer con esta melodía y cómo la puedo desarrollar,
se va a convertir en muchos motivos, podría ser un conjunto de sonidos que dan
atmósfera, con los elementos tradicionales como rítmicamente, melódicamente y
armónicamente”, dijo.
La
compositora externó que, dependiendo de la extensión, la conformación de una
obra orquestal puede llevar mucho tiempo y, pensando en la obra que compuso,
“Esferas”, que tiene una duración de 15 minutos, está conformada por tres
movimientos y le llevó tiempo madurarla y trabajarla para que esté
completamente estructurada y con lógica musical, cuidando la combinación de los
instrumentos.
No
obstante, que la melodía pueda llegar a un escenario y escucharla en vivo es la
última parte del proceso de una composición, donde el principal objetivo es que
de manera intangible pueda tocar a quienes la escuchen.
“Para mí, mis
obras son mis hijos, y “Esferas”, cuando fue interpretada por la Orquesta
Filarmónica Mexiquense, al público le gustó mucho, tuvo muchos aplausos, no lo
podía creer, estaba muy emocionada y realmente ese es el gran premio; que a la
gente le guste, que enriquezca su vida y no solo la mía”, expresó.

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