La Niña de
Guatemala fue María García Granados y Saborío quien era una dama de la alta sociedad,
hija del general Miguel García Granados, cuya residencia era utilizada para
realizar tertulias de artistas y literatos destacados.
En el año
1877 el poeta cubano José Martí llegó a Guatemala y su asistencia a las
tertulias en la residencia del general dieron como resultado que se enamorara
de María.
José Martí
solía manifestar una visión crítica con respecto a la inferiorización de que
era objeto la mujer, por lo que centró su atención en las damas guatemaltecas y
las describía de “andar indolente, de miradas castas, vestidas como las mujeres
del pueblo, con las trenzas tendidas sobre el manto…”, por eso cuando conoció a
María, una mujer con semejantes características aunque con un aire más cosmopolita,
se enamoró inmediatamente.
José Martí
de 24 años y María García Granados de 17, coincidieron en lo que sentían
mutuamente, sin embargo el amor nunca se pudo corresponder debido al compromiso
de matrimonio de José Martí con otra mujer.
Finalmente,
el 10 de mayo de 1878, María García Granados y Saborío falleció, hecho que dio
lugar a la creencia de que había muerto de amor al no soportar el dolor que le
provocó el matrimonio de su amado, luego José Martí plasmó su tristeza en el
poema IX de sus Versos Sencillos, más conocido como La Niña de Guatemala.
José Martí
dejó entrever en el poema IX algo más que una muerte por tristeza, sugiere
alegóricamente el suicidio de la niña en las líneas “Se entró de tarde en el
río, la sacó muerta el doctor, dicen que murió de frío, yo sé que murió de
amor.”
Cuando José
Martí regresó casado a Guatemala, María le escribió la siguiente nota: “Hace
seis días que llegaste a Guatemala, y no has venido a verme. Yo no tengo
resentimiento contigo, porque tú siempre me hablaste con sinceridad respecto a
tu situación moral de compromiso de matrimonio. Te suplico que vengas
pronto”... Pero nunca regresó.
En el año
2013, con motivo de celebrarse el aniversario número 160 del nacimiento de José
Martí, la Embajada de Cuba en Guatemala ubicó la tumba de María García Granados
en el Cementerio General y en un acto protocolario se develó una placa conmemorativa
a la Niña de Guatemala.
La tumba de
María García Granados era una de las más visitadas, especialmente por muchachas
que pedían su ayuda en situaciones amorosas, además existe la leyenda de que
cerca de esta tumba se aparece una dama con semblante triste que pide que se
adorne con flores a la Niña de Guatemala.
LA NIÑA DE
GUATEMALA
Quiero, a
la sombra de un ala,
contar este
cuento en flor:
la niña de
Guatemala,
la que se
murió de amor.
Eran de
lirios los ramos;
y las orlas
de reseda
y de
jazmín; la enterramos
en una caja
de seda...
Ella dio al
desmemoriado
una
almohadilla de olor;
él volvió,
volvió casado;
ella se murió
de amor.
Iban
cargándola en andas
obispos y
embajadores;
detrás iba
el pueblo en tandas,
todo
cargado de flores...
Ella, por
volverlo a ver,
salió a
verlo al mirador;
él volvió
con su mujer,
ella se
murió de amor.
Como de
bronce candente,
al beso de
despedida,
era su
frente -¡la frente
que más he
amado en mi vida!...
Se entró de
tarde en el río,
la sacó
muerta el doctor;
dicen que
murió de frío,
yo sé que
murió de amor.
Allí, en la
bóveda helada,
la pusieron
en dos bancos:
besé su
mano afilada,
besé sus
zapatos blancos.
Callado, al
oscurecer,
me llamó el
enterrador;
nunca más
he vuelto a ver
a la que
murió de amor.
José Martí

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