La
sexualidad es parte integral de todas las personas, y el desarrollo pleno de la
sexualidad depende de la satisfacción de necesidades humanas básicas como el
deseo de contacto, la intimidad, la expresión de emociones tales como afecto,
placer, amor, experimentación, celos, abandono, etc., ya que esto se refleja en
todos los aspectos de nuestra vida y de las personas con las que convivimos.
Debemos
tener presente que la sexualidad, va más allá de los órganos sexuales y la
reproducción, también se relaciona a la manera de sentir, la forma en que
pensamos debemos comportarnos según nuestro género así como los ideales
construidos al decidir compartir experiencias corporales con otra persona
(amigo, novio, pareja, etc.)
Por
eso es importante la salud sexual, para vivir sin temores ni riesgos de
contraer infecciones de transmisión sexual o embarazos no planeados. La salud
sexual nos permite vivir sin temores, sin culpas o vergüenza por falsas
creencias respecto a ella. En este
sentido, al igual que los derechos humanos, los derechos sexuales y
reproductivos establecen que las personas deben ejercer su sexualidad con
libertad, sin coerción ni violencia, ni condicionamientos, para poder
desarrollarse en todos los demás ámbitos de su vida.
En nuestro país, estos
derechos están contemplados en leyes y reglamentos que se derivan del art. 4 de
la Constitución Política Mexicana; en la Ley General de Salud, la Ley General
de Población y Norma Oficial Mexicana de los Servicios de Planificación
Familiar.
DERECHOS
SEXUALES Y REPRODUCTIVOS
1.-
Libertad de creencias y religión
2.-
Derechos a la igualdad y a la no discriminación sexual
3.-
Derecho a vivir sin violencia sexual
4.-
Derecho a la libertad de opinión y expresión sexual
5.-
Derecho a la información sobre sexualidad
6.-
Derecho a la vida privada
7.-
Derecho a la educación sexual
8.-
Derecho a servicios de salud sexual y reproductiva
9.-
Derecho a una vida digna
10.-
Derecho a beneficiarme del progreso científico.

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