“Me he dedicado toda la vida a
promover a Alfonso Reyes, estoy muy satisfecho, aunque hubiera preferido el
texto original, y también hubiera imágenes más acordes con la Cartilla Moral.”
Javier Garcíadiego.
La Cartilla Moral fue escrita en
1944 por el poeta y ensayista Alfonso Reyes, nieto de general porfirista
Bernardo Reyes; por encargo de Jaime Torres Bodet, quien fue Secretario de
Educación Pública, con la intención de ser un complemento a la Campaña Nacional
de Alfabetización de las clases bajas, por orden del entonces presidente de
México, Manuel Ávila Camacho y a inicios de este año, fue presentada en la 40
edición de la Feria de Libro del Palacio de Minería por Javier Garcíadiego,
presidente de la Academia Mexicana de la Historia y Director de la Capilla
Alfonsina.
Desde su origen ha sido
considerado un texto de espíritu contrario al Estado laico mexicano,
originalmente se tituló “Lecciones de Moral”. A diferencia de la actual
edición, la Cartilla Moral de Alfonso Reyes, habló del respeto y no del amor a
la naturaleza, ni al prójimo, lo cual si aparece ahora en esta nueva edición.
Quizá, sea esta la razón por la que son los evangélicos en quienes el
presidente López Obrador ha depositado su confianza para que sean los encargados
de distribuir estos consejos. Un legado aristotélico incluso para reyes, este
sapiencial recoge del griego Aristóteles, sus enseñanzas sobre lógica y ética.
Cabe señalar que han sido varios los intentos por distribuirla entre la
ciudadanía mexicana, y así mismo los matices para hacerlo; considerando
respuestas de la sociedad acorde a la política de época, todas de manera
negativa. Es así que desde su creación no llegó a la imprenta por considerarse
un texto –como ya se dijo- con espíritu contrario al Estado laico.
Bajo ese mismo sentir el Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE) se opuso a que dicha cartilla fuese repartida por mandato del
presidente Ernesto Zedillo en 1992 quien mandó a imprimir un millón de
ejemplares.
Sin duda que en ese entonces al gobierno de Zedillo, de haber llevado a
cabo tal cometido, también habría sido catalogado como un adoctrinamiento
gubernamental. Hoy día, el tema no es menor, mucho menos ante la globalización
en cuanto a diversidad y pluriculturalidad del pueblo mexicano se refiere.
Ahora bien, considerando que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha
externado públicamente un llamado urgente a la “regeneración ética y moral de
la sociedad”, para que la Cuarta Transformación funcione; además de proponer
crear una “Constitución Moral” y para ello apoyar su propósito en un grupo
religioso como “los evangélicos” la pregunta es ¿este acto presidencial también
será llevado al patíbulo del debate?
Aunque la pregunta correcta sería ¿cómo fue que los millones de mexicanos
que votaron por un gobierno “progresista”, no advirtieron que AMLO desde por lo
menos del 2011 ha promovido dicha Cartilla Moral, la que hoy también se
considera en contra del Estado laico?
Conviene que el titular del Ejecutivo Federal y todos los mexicanos,
reflexionemos sobre la siguiente frase “Cuando el Gobierno (que no es lo mismo
que la ley) comienza a contravenir las leyes, o a desoír los anhelos de reforma
que el pueblo expresa, sobrevienen las revoluciones”; cuando nuestro presidente
aconseja –“si hay que optar entre la ley y la justicia, no lo piensen mucho, decidan a
favor de la justicia”.
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