Toluca,
Estado de México.- Cuando nació, Yaretzi Alejandra Morales Reyes presentó un
bulto en la parte de atrás de su cabeza, a esta condición se le conoce como
“encefalocele”, y se produce cuando el tubo neuronal del cráneo no se cierra
completamente durante el embarazo.
“Los
médicos me dijeron que si la niña no se atendía rápido ese líquido que tenía en
la bolita, en la parte del cerebro se le podría romper, podía haber una fuga de
líquido y la niña podía quedar inválida. A lo mejor no iba a hablar, a lo mejor
no iba a ver, a lo mejor no iba a caminar”, expresó Lucía Sánchez Vera, abuela
de Yaretzi.
Sus padres
estaban desalentados por la noticia, debido a que sus condiciones de vida no
les permitían contar con los recursos suficientes para atender a su hija
debidamente. Ante tal panorama hicieron todo lo posible por conseguir ayuda.
“Al no
tener los recursos pensamos que mi niña no iba a estar aquí con nosotros, pero
pues hicimos lo posible de buscar ayuda para que se hiciera la operación de mi
niña”, afirmó María del Carmen Reyes Salgado, madre de la pequeña.
“Estuvo en
el Hospital de la Mujer, de ahí me la trasladaron para el Instituto Nacional de
Pediatría, en la Ciudad de México, de ahí la trabajadora social me mandó con la
señorita Mercedes, quien labora en la JAPEM, ella nos dijo que iba a hacer lo
posible para apoyarnos”, explicó.
Fue la
Junta de Asistencia Privada del Estado de México (JAPEM), que al conocer el
caso, los canalizó con la Fundación Coca Cola México, AC, quien les brindó
apoyo con los gastos de un neuroparche que fue colocado durante la cirugía.
“A ella la
operaron, le quitaron el tumor que tenían en la cabecita, allá la atendieron, y
pues gracias a Dios sin ningún costo, porque el parchecito que le pusieron nos
lo apoyaron”, detalló la señora Lucía.
Hoy en día
la pequeña Yaretzi tiene cuatro años y medio de edad, lleva una vida normal,
juega y ríe con sus hermanitos como cualquier otra niña. Sin embargo, debe
asistir de manera frecuente al hospital pues aún requiere de atención médica.
“Le pusieron
una valvulita aquí en su frentecita, esa valvulita le llega hasta su
estomaguito”, comentó la abuelita de la pequeña.
Para salir
adelante la mamá de Yaretzi vende tostadas tres veces por semana, y el resto de
los días se queda en casa cuidándola. Su padre es ayudante de albañil, sin
embargo, hay periodos donde el trabajo escasea y apenas les alcanza para lo
básico.
Su
situación no ha sido fácil, sin embargo, el bienestar de su hija los alienta a
seguir adelante, por lo que entre lágrimas, la señora María del Carmen expresó
el agradecimiento que tiene con la JAPEM, pues gracias a su labor, su hija se
encuentra sana.
Tanto sus
padres como sus abuelitos tienen la esperanza de que Yaretzi crezca sin mayores
complicaciones, que pueda estudiar y convertirse en enfermera.
“Cuando
ella crezca nosotros se lo vamos a comentar, yo creo que también le va a dar
mucho gusto saber que hubo alguien que la apoyó cuando ella lo necesitó”,
señaló la señora Lucía.
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