De manera
urgente el gobierno federal debe garantizar a pobladores de comunidades rurales
las bondades de la tecnología a fin de que eviten perjudicar su salud al usar
leña como combustible para cocinar, o como fuente de calor, así lo advirtió la
Fundación No Más Negligencias Médicas.
Su
presidente, Fernando Aviléz Tostado expuso que gracias a la tecnología los
habitantes de comunidades rurales pueden liberarse del humo tóxico a través de
artefactos que pueden sustituir el fogón artesanal, por uno que logre expulsar
el humo tóxico al interior de los hogares más modestos del país.
“El
desarrollo, junto con la difusión, de la energía eléctrica y el uso de estufas,
en lugar del fogón artesanal, puede promover, incluso, un descenso en el uso de
leña dentro de los centros urbanos. “Se puede aprovechar la tecnología a favor
de la salud de millones de ciudadanos, y con ello, se puede ahorrar millones de
pesos en atención de enfermedades relacionadas a las vías respiratorias”,
expuso.
El doctor
Aviléz Tostado recordó que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(Inegi), ha dado a conocer que en localidades con más de 100,000 habitantes,
apenas el 0.9% de las viviendas usa leña para cocinar; sin embargo, en
localidades con menos de 2,500 personas (definidas como rurales por el mismo
Instituto) el 49.16% de las viviendas cocinan con este mismo combustible.
Más aún, el
Sistema de Información Energética de la Secretaría de Energía arrojó que, en
2016, la leña fue el combustible con mayor uso energético dentro del sector
residencial en México, superando por un estrecho margen al gas licuado.
Lo anterior
sirve como base para poder afirmar que el uso de leña en México sigue siendo
fundamental para una gran parte de la población, particularmente aquella concentrada
en los centros rurales, así como también dentro de la matriz energética
mexicana.
Por este
motivo en necesario trabajar en dos vías, señaló Aviléz Tostado, una, en tratar
de disminuir las enfermedades producto del gas que produce la incineración de
madera; y por otro, disminuir las cantidades de leña que se usan los habitantes
de zonas rurales.
“Se
puede lograr una cocina eficiente que logre expulsar el gas tóxico de las
viviendas y, con ello, lograr un significado aumento en la esperanza de vida de
estas personas; y por otra parte, la disminución el impacto ambiental; de lo
que se trata es de usar de manera eficiente la combustión de la leña”, sostuvo.

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