Machista misógino, intolerante
y mesiánico como su dueño Andrés Manuel
López Obrador, es lo que define realmente a MORENA a la hora de avalar
propuestas políticas donde lo único que importa sumar, don perfiles que redituen
votos aún careciendo de efectividad.
Es así que, sin tener la calidad
moral, se descalifica con amenazas las acciones de todos los demás partidos
políticos.
En los últimos días, el partido
que pretende 'hacer historia' con alianzas de derecha y andar chueco, ha
desplegado una embestida contra el programa Familias Fuertes Salario Rosa,
impulsado por el gobierno del Estado de México, para llevar beneficios tangibles
a las mujeres mexiquenses. Ha lanzado a sus huestes y a incautos a la calle,
con marchas que disfraza de "movimientos civiles", como la MARCHA Y
JORNADA CULTURAL convocada en Ecatepec por Azucena Cisneros que al estilo
berrinchudo del GAP de MORENA, intenta desviar la atención de lo que
verdaderamente importa: dotar a las mujeres más desprotegidas de una percepción
económica y de capacitación para que ellas mismas puedan desarrollar proyectos
productivos.
En el mismo tenor, el tabasqueño
que en otro tiempo ha mandado "al diablo" a las instituciones de las
que hoy pide auxilio, ha enviado a sus representantes para presionar y obtener
justicia de lo que él ha llamado "la mafia del poder", de un modo protagónico para
acaparar reflectores.
Además, en tono amenazante como
el que utilizó ante los banqueros cuando expresó la necesidad de que
"amarren al tigre", refiriéndose a la inconformidad de la gente que
él mismo alienta, López Obrador pretende poner a pelear a las mexiquenses entre
sí, lo anterior en la búsqueda de venganza porque los resultados de su partido
no le favorecieron el año pasado en el Estado de México.
Morena no quiere beneficiar a las
mujeres mexiquenses, lo único que pretende es ganar elecciones, aun cuando
abandone las banderas que dice representar, prueba de ello es la no visibilidad
del trabajo de mujeres valiosas y probada eficacia política que han sido
bajadas de candidaturas todo por privilegiar acuerdos tras bambalinas. Tal es
el miedo de los buenos resultados de las mujeres organizadas, como el que ya
arroja este programa social, observado directamente por la ONU.
Con desprecio a las mujeres
mexiquenses beneficiadas con el salario rosa, ha desplegado a sus tribus con un
solo propósito: desprestigiar y echar por tierra un programa que beneficia a
miles de personas en condición de desamparo y que bien pueden llegar a
superarse.
A López Obrador no lo caracteriza
la congruencia, la perpetuidad de su campaña ha dejado huellas imborrables en
dos ocasiones, donde ha cobrado muy bien la profunda decepción de la sociedad
que ha creído en él, especialmente las mujeres. Hoy día hay agrupaciones de
mujeres que pese al liderazgo que puedan tener como respaldo, no se atreven a
opinar de manera distinta al "mesías" ya que inmediatamente son acusadas
de sedición y traición.
Finalmente, a las mujeres mexiquenses, lo que no
se les puede dar, tampoco es correcto quitárselo.

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