Tenango del Valle, Estado de
México. Con la ceremonia tradicional nahua del encendido del fuego nuevo,
concluyeron las actividades del XXXI Festival del Quinto Sol en la zona
arqueológica de Teotenango, en este municipio.
Este festival que, de manera
ininterrumpida realiza el Gobierno del Estado de México desde hace más de tres
décadas, ofreció cerca de 500 actividades en diferentes puntos del territorio
estatal, a través de las cuales más de 100 mil mexiquenses, tuvieron la
oportunidad de conocer la riqueza cultural de los pueblos naturales de la
entidad: nahua, otomí, tlahuica, matlazinca y mazahua.
Autoridades civiles, culturales y
tradicionales, encabezadas por la Secretaria de Cultura estatal, Marcela González
Salas, el Vocal Ejecutivo del Consejo Estatal para el Desarrollo Integral de
los Pueblos Indígenas del Estado de México (Cedipiem), César Molina Portillo, y
del Presidente municipal de Tenango del Valle, José Francisco Garduño González,
así como los jefes supremos de las cinco etnias con presencia en el Estado de
México y más de 5 mil personas, se dieron cita en la zona arqueológica para ser
parte de este ritual ancestral.
El Quinto Sol permite entender
que en los pueblos originarios se encuentran los elementos que nos dan
identidad; por ello, la Secretaría de Cultura se compromete a seguir
difundiendo la esencia que nos hace mexiquenses.
Las ceremonias tradicionales
realizadas en el marco de este festival, con las que se conmemora la creación
de la vida y la renovación del ciclo agrícola, son también parte de la
responsabilidad social que tiene la Secretaría de Cultura para aportar, en el
proceso de formación de los ciudadanos, actividades para comprender y entender
la diferencia entre los grupos étnicos con presencia en el territorio estatal.
La zona arqueológica de
Teotenango, una de las cuatro que se encuentran bajo resguardo de la Secretaría
de Cultura, sirve también como un espacio de armonía y de conservación de las
tradiciones ancestrales, no sólo de los pueblos originarios, sino también del
público en general, ya que propicia la transformación social con pleno respeto
a las costumbres.
Bajo un solo rostro y un solo corazón, miembros
de las cinco etnias originarias, así como los pueblos migrantes que, con el
paso del tiempo, se han asentado en territorio mexiquense, realizaron la
Ceremonia del encendido del fuego nuevo, en “La ciudad amurallada”, que en esta
ocasión se convirtió en punto de encuentro para pedir no sólo por lluvia, sino
también porque el respeto y la tolerancia a la pluralidad y diversidad
prevalezca en la vida diaria.
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