Por
Juan Carlos Castrillón
El
presidente número 44 del imperio en franca decadencia es un tipo inteligente,
decididamente carismático, maquiavélico. En lo personal, incluso podría decir
que me simpatizaba-a pesar del nefasto yugo que representa-. Su sonrisa
encantadora, su atractiva esposa, y sus adorables hijas pasarán a la historia
como el rostro ameno de la explotación y la violencia. En su esmirriada figura
queda clara la capacidad del Capitalismo para "renovarse"
(cosméticamente, por supuesto), engañando al populacho, y darle gato rabioso
por cándida liebre. No creo que su victoria en las urnas haya sido un triunfo
para las minorías de su país, todo lo contrario. A pesar de su intrínseco
racismo, el sistema pudo comprobar desde Condolezza Rice hasta Colin Powell ,
que los afroamericanos eran buenos tecnócratas, muy capacitados para cuestiones
militares, políticas, y hasta diplomáticas; y, en esta lógica belicista,
empezaron a utilizarlos como caballos (en el sentido Troyano) o toros de guerra
( a mi gusto más bien burros, mulas o bueyes). En este sentido la figura de
Obama me recuerda un certero párrafo escrito por el narrador Cubano Alejo
Carpentier en su fundamental novela El Reino de Este Mundo, que transcribo
íntegro, para combatir la hipócrita y banal "corrección política":
Todos
los intentos de protesta habían sido acallados en sangre. Andando, andando, de
arriba a abajo y de abajo a arriba, el negro comenzó a pensar que las orquestas
de cámara de Sans-Souci , el fausto de los uniformes y las estatuas de blancas
desnudas que se calentaban al sol sobre sus zócalos de almocárabes, entre los
bojes tallados de los canteros, se debían a una esclavitud tan abominable como
la que había conocido en la hacienda de Monsieur Lenormand de Mezy. Peor aún ,
puesto que había una infinita miseria en lo de verse apaleado por un negro, tan
negro como uno; tan belfudo y pelicrespo, tan narisñato como uno; tan igual ,
tan mal nacido, tan marcado a hierro, posiblemente como uno. Era como si en una
misma casa los hijos pegaran a los padres, el nieto a la abuela, las nueras a
la madre que cocinaba.
El
futuro laboral de "Tío Tom"(término aplicado despectivamente a los
negros serviles al poder dominante por su propia comunidad en lucha, y tomado
de la tristemente célebre novela La Cabaña del Tio Tom de Harriet Beecher
Stowe-supuestamente el segundo libro más vendido del siglo XIX- donde describe
a un dulce, estoico e insoportable sirviente de color que cumple todos los
caprichos de sus amos) Obama está asegurado. Su prestigio es absolutamente
nulo; a pesar del oximoronesco premio Nobel "de la Paz"que le fue
otorgado en el 2009; más bien una pésima broma ultrasangrienta para los
pueblos, masacrados, reprimidos y explotados por ódenes del Señor Presidente,
gerente del complejo político-económico-militar que por lo pronto aún devasta
nuestro planeta.
Para
despedirlo como se merece, quiero dedicarle entrañablemente la siguiente
traducción del poderoso blues del gran autor-proscrito en los EUA, por
cierto-J.B. Lenoir, llamado Vietnam Blues, al flaco Obama:
Vietnam
Vietnam, todo el mundo está llorando por Vietnam
Vietnam
Vietnam, todo el mundo está llorando por Vietnam
La
ley todos los días está Matándome en Mississippi, y a nadie parece importarle
un carajo.
Oh
Dios, si puedes escuchar mi oración ahora, por favor ayuda a mis hermanos en
Vietnam.
Oh
Dios, si puedes escuchar mi oración ahora, por favor ayuda a mis hermanos en
Vietnam.
Los
pobres muchachos luchan, matan y se ocultan todos en agujeros,
Tal
vez están matando a su propio hermano, ellos no saben
Señor
Presidente, siempre lloras por la paz, pero debes limpiar tu casa antes de irte
Oh,
cómo lloras por la paz, pero debes limpiar tu casa antes de irte
¿Cómo puedes decirle al mundo que necesitamos la
paz, y tú todavía maltratas y matas a mí pobre gente?
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