Francisco
Medina
Marginados
y sin acceso a los servicios básicos de agua, luz y drenaje, con más de 70 años
de atraso en tecnología y bienestar social, 27 millones de campesinos carecen
de ingresos para adquirir una canasta básica de alimentos. Con ello, el campo
mexicano del siglo XXI, luego de 23 años de TLCAN, el campo mexicano se
encuentra “tan deteriorado” como en 1933, afirma un estudio de la UNAM.
De
acuerdo con el estudio “Situación del campo en México; pobreza, marginación,
explotación y exclusión”, realizado por investigadores del Centro de Análisis
Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), apenas 3 millones 954 mil personas del sector rural
pueden llevar alimento a sus hogares; otras 27 millones 480 mil personas, no
tienen acceso a una canasta básica.
El
informe académico puntualiza que de los 30 millones 185 mil campesinos que
habitan el sector, sólo 8 millones 500 mil tienen empleo en actividades
agrícolas y ganaderas.
Indica
que del total de la población rural, 10 millones 262 mil 900 personas no
reciben ingreso; 8 millones 796 mil, sólo un salario mínimo; 8 millones 421 mil
alcanzan de uno a dos salarios mínimos; 2 millones 112 mil obtienen de dos
hasta cinco salarios mínimos, y sólo 1 millón 841 mil trabajadores
agrícolas tiene un ingreso superior a cinco salarios mínimos.
Según
cálculos de los especialistas las familias rurales “tienen una pérdida del 44
por ciento de su ya deteriorado nivel de vida”, consecuencia de los incrementos
en los costos de alimentos y bienes de consumo.
Menor
gasto público para el campo no logrará abatir el nivel de miseria en el
abandonado del campo mexicano (no confundir con los poderosos consorcios
agroindustriales, como suele hacerlo el gobierno federal) y hacerlo más
productivo, según la asombrosa propuesta gubernamental, en el entendido de que
allí está el Programa Oportunidades, Cruzada contra el hambre y el Seguro
Popular (léase clientelismo electorero) que mantienen improductiva a la gran
masa depauperada, es decir, sin salida alguna.
El
presupuesto para el campo mexicano para este 2017 será 16.7 por ciento menor al
de 2016, pues pasó de 84 mil 827 millones de pesos a 70 mil 597 millones, de
acuerdo con lo aprobado por los diputados, informó la Secretaría de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
A
pesar de significar una caída, los diputados rescataron 8 mil 4 millones de
pesos extras, toda vez que Hacienda había propuesto un presupuesto de 62 mil
158 millones de pesos, lo que representaba un recorte de 26 por ciento.
A 23
años de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN),
sólo se favorecieron las empresas trasnacionales, y el país apenas exporta
hidrocarburos, asegura Arturo Ortiz Wadgymar, coordinador de la Unidad de
Economía Mundial de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Llevamos
23 años de TLCAN y los resultados están a la vista. Los hechos hablan por si mismos:
Dependencia alimentaria: 42%.
En
la década actual (2006-2016), vivimos de manera puntual las consecuencias del
cambio de modelo económico, una reorientación hacia el comercio exterior,
siendo los pilares del neoliberalismo que padecemos las exportaciones por un
lado y le llegada en masa de la inversión extranjera directa.
Las
consecuencias de seguir al pie de la letra los dictados de organismos
internacionales principalmente de USA, se notan de manera clara y puntual en el
devenir económico de México, los ejemplos sobran, entre los que podemos
destacar los siguientes:
1.-
Apertura comercial indiscriminada que se está viendo afectada por la llegada de
Trump al gobierno norteamericano y ha manifestado una y otra vez que dará
marcha atrás al TLC y al TPP.
2.-
La eliminación de restricciones a la inversión extranjera directa la tenemos en
la llegada en masa de capitales en la principal empresa mexicana de exportación
como lo es PEMEX, la cual ahora será compartida con extranjeros.
3.-
Desmantelar la política social, teniendo más carga para la población en lo
referente sobre todo de la educación y salud que no abastecen las necesidades
de las personas y éstas deben cooperar para sostener las instituciones
públicas.
4.-
Eliminar subsidios por parte del gobierno federal que afecta de sobremanera a
los que menos tienen y a numerosas personas de la tercera edad.
5.-
Contener lo más que se pueda el salario de los trabajadores, sobre todo los más
de 8 millones que ganan el mínimo en México.
El
crecimiento económico promedio desde la implantación del neoliberalismo en
México no ha superado el 3% anual, lo que contrasta de inmediato con los
resultados por arriba del 5 por ciento con el modelo nacionalista de antaño.
Todo
lo anterior es resultado de un abandono al proyecto que funcionó PARA TODOS y
se sigue implementando un modelo neoliberal que deja miseria y pobreza cada
día.
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