Foto: Temok Saucedo
El
poeta michoacano Ramón Méndez Estrada (1954-2015), falleció el pasado 13 de
mayo de 2015, así lo dio a conocer el Instituto Nacional de Bellas Artes
(INBA).
De
acuerdo con medios michoacanos, desde el 4 de mayo, Méndez Estrada se
encontraba delicado de salud, por lo que fue hospitalizado.
Ramón
Méndez, nació el 29 de enero de 1954, en Morelia, Michoacán, cursó estudios de
periodismo y de literatura en la UNAM, y de lingüística en la ENAH. Fue cofundador
e integrante del grupo literario infrarrealista junto con otros escritores como
Cuauhtémoc Méndez Estrada (1954), Mario Santiago Papasquiaro (1953-1998),
Roberto Bolaño (1953-2003), Bruno Montané (1957) y José Vicente Anaya (1947). Militante
de la Liga Socialista, también conocida como Liga Leninista Espartaco, fundada
por José Revueltas (1914-1976), en 1960.
Asistió
al taller de poesía de Juan Bañuelos (1932) impartido en el Departamento de
Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante
su estancia en la ciudad capitalina, se desempeñó como periodista y escritor,
siendo colaborador de El Nacional, El Financiero, La voz de
Michoacán, y del suplemento cultural Letras de Cambio de Cambio de Michoacán,
entre otros. Impartió cursos y talleres de literatura y fomento a la lectura
dentro del Programa Salas de Lectura en Michoacán. Becario del Programa de
Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico del Foeca en Michoacán, en 2006.
Una parte importante de su obra publicada se encuentra en diversas antologías,
como El banquete de la discordia y Soñando con la cima.
Antología de cuentos y relatos (Colectivo Entrópico, 2010 y 2011,
respectivamente), y Criaturas caminantes del agua, de Miguel Ángel Toledo
(Secum, 2014).
Años
más tarde, regresó a Morelia, Michoacán, donde residió hasta su fallecimiento.
Entre
sus libros se encuentran: La edad dorada, La vida de Ginés Pérez, Tonadas
ágiles para sonreír en voz alta y Al amanecer de un día dos lagartija.
MI NACIMIENTO
Broté yo
de una flor.
Me alzó la
Diosa.
Me sostuvo en
sus manos.
Me vistió de
milagros.
Era un
momento de esos
en que puede
pasar cualquier cosa,
hasta
camellos por los ojos de las agujas.
Autor: Ramón
Méndez Estrada
D/Reservados
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