Por: Abel Luna
Investigadores del
Instituto Politécnico Nacional (IPN) planean convertir en gas y electricidad
780 toneladas de residuos orgánicos generados diariamente en la Central de
Abasto de la Ciudad de México (CEDA), para contribuir a reducir la
contaminación, tener importantes ahorros económicos y lograr la sustentabilidad
energética del mercado más grande de América Latina.
Se trata del proyecto
multidisciplinario denominado “Ingeniería básica para un biodigestor anaerobio
con una capacidad de 50 ton/día de la fracción orgánica de los residuos sólidos
que se generan en la Central de Abasto del Distrito Federal”, dirigido por el
doctor Luis Raúl Tovar Gálvez, especialista del Centro Interdisciplinario de
Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD).
Participan la doctora
María Eugenia Gutiérrez Castillo, investigadora del CIIEMAD; el doctor Pedro
Quinto Diez, de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME),
Unidad Zacatenco, y el Maestro en Ciencias José Gilberto Reséndiz Romero, del
Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales (CIECAS).
Dicho proyecto
comprendió la realización de un estudio de viabilidad, así como el diseño y
generación de un biodigestor anaerobio para dar tratamiento a ese tipo de
residuos. Por la necesidad de contar con una visión interdisciplinaria, el
maestro Reséndiz Romero desarrolló la parte social y económica que se titula
“Factores económicos, tecnológicos y sociales que determinan el manejo integral
de los residuos sólidos municipales en la Central de Abasto en el marco de la
construcción de un biodigestor que produzca biogás”.
Reséndiz Romero
señaló que el proyecto es ampliamente viable, de hecho las autoridades del
Gobierno del Distrito Federal, ante el cierre del Bordo Poniente, se encuentran
interesadas en la generación de energía a partir de la fracción orgánica de los
residuos sólidos urbanos a través del digestor anaeróbico.
El catedrático de la
Maestría en Docencia Científica y Tecnológica del CIECAS dijo que un elemento
importante es la toma de decisiones del Fideicomiso de la Central de Abasto
para que se lleve la ejecución de este desarrollo tecnológico. Con este
organismo se sostendrán pláticas para mostrar los beneficios de la
tecnología para poder aplicarla.
De acuerdo con un
estudio realizado, actualmente los residuos orgánicos de dicho mercado se
depositan en rellenos sanitarios de los estados de México y Morelos, lo que
implica gasto de combustible para su traslado diario, la generación de bióxido
de carbono (CO2), que contribuye al calentamiento global y al incremento de la
huella de carbono.
El especialista
politécnico aseveró que “el modelo de abasto se ha replicado y con ello la
producción de basura, si ésta se utilizara para la generación de energía, en el
entendido que en toda la república hay 60 centrales de abasto, entonces
resolveríamos el problema de la contaminación en forma racional porque
estaríamos generando energía”.
Por ello, consideró
que se requiere mirar a futuro, y la idea es que el biodigestor se instale en
la Central de Abasto de Iztapalapa y se replique paulatinamente en otras
centrales de abasto del país.
Precisó que, de
acuerdo con los cálculos realizados, el biogás potencial que se generaría al
año mediante el biodigestor puede representar 285 mil toneladas de residuos
orgánicos que no irían a rellenos sanitarios y, por lo tanto, el abatimiento de
la contaminación atmosférica se reflejaría de manera considerable; con esos
residuos se puede generar biogás a través de la digestión anaeróbica.
El investigador
politécnico detalló que de aprobarse la instalación del biodigestor,
estratégicamente se aplicaría en tres etapas; se comenzaría por procesar 50
toneladas, después 120 y posteriormente 180. El escenario deseable es que se dé
una gestión integral de los residuos sólidos en la Central de Abasto.
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