Por: Salvador Díaz Sánchez
Cuánto dolor puede caber en la
pesadumbre de un rostro que niega su rendición en las tinieblas del miedo,
cuántas lágrimas pueden brotar de ese manantial convertido en fuente de
ternuras mientras los oradores nos hablan de la necesidad de una nueva central
de trabajadores, Igual yo, al mirar a esa señora, combativa madre de uno de los
normalistas que cierra los ojos por periodos largos y se le envidria la mirada,
como a muchas mujeres, sobre todo, y como a mí que también se me saltan las de
San Pedro y dejo que fluyan con libertad, mientras filmo hasta mero enfrente
del templete donde se encuentra la mamá de uno de los estudiantes de Ayotzinapa
desaparecidos y el praesidium de esta larga marcha que casi llena media plancha
del Zócalo, Porque hoy es 1º de Mayo de 2015 y se dejaron venir los
contingentes del SME y de la CNTE de Michoacán y de Oaxaca principalmente,
aunque se nota la ausencia como contingente de la Sección 9 del DF y de los
panchos villas, todos los ausentes, supongo, se jueron a rascar el ombligo en
este puente camaronero o a depositar sus juerzas electorales en aras de un
candidato a diputao o a presedente delegacional antes que desgastarse en
marchas gremiales, digo, también se advierte la ausencia de las huestes
universitarias y estudiantiles de toda índole, en su lugar hay sindicatos de
médicos, enfermeras, mineros, electricistas, bomberos, telefonistas, maestros,
universitarios, trabajadores socialistas, comunistas, marxistas leninistas y
muchas decenas más de organizaciones proletarias que conmemoran a los ahorcados
de Chicago, y a los asesinados de todas las épocas que lucharon por las
conquistas obreras mundiales, Todos se lanzan con furia contra el sindicalismo
charro, contra el corporativismo corrupto de las organizaciones tricolores, En
fin, se palpa que esta vibrante marcha entre cuyas personalidades destacan los
familiares de los 43 normalistas desaparecidos y los jornaleros de San Quintín
de Ensenada Baja California, se nota más obrera que las anteriores
manifestaciones globales de apoyo a los normalistas, y sí, vibro ante las
demandas gremiales en momentos en que el gobierno puñetero de salinas y
peñanieto arremeten con todas sus fuerzas neoliberales contra todo lo que huela
a pueblo, Y claro, los oradores hablan sobre las reformas estructurales, claman
por la presentación de los normalistas desaparecidos, y exigen la solución a
las reivindicaciones de los trabajadores agrícolas de San Quintín, Los del SME,
encauzan su protesta hacia el respeto a su condición de trabajadores injustamente
despedidos y se vuelve a escuchar nuevamente como hace cinco años, “Aquí, se
ve, la fuerza del SME”, porque es una marcha y manifestación obrera pero
gravita por todos los espacios en rebeldía, por todos los pasos que pesan un
titipuchal, por todas las consignas que desgarran el alma, por todas las
pancartas que exigen tomar al cielo por asalto, por todas las banderas que
agitan un vendaval, por todos los puños cerrados para sangrar hocicos
demagogos, por todas las mantas gravita el grito de ¡Justicia por los 43
hermanos nuestros desaparecidos!
Y ese clamor vuelve a escucharse en la
plataforma donde se encuentra una parte de los padres y madres de los muchachos
raptados por el Estado, y otra vez, como desde hace 7 meses cinco días, la
misma consigna “Presentación con vida de los 43 normalistas” y uno puede oler,
tocar, sentir, mirar, oír, percibir ese 26 y 27 de septiembre de 2014, esos
funestos días en que fueron secuestrados 43 alumnos y asesinados algunos más
como lo fueron en 2011 Gabriel Echeverría de Jesús y Alexis Herrera Pino, en
esa ofensiva perredista y panista y priista contra la heroica normal rural
guerrerense, y sería difícil encontrar entre la raza que nos manifestamos
alguien que no sienta con el corazón en la mano la ausencia de nuestros estudiantes,
seguro porque “Somos granos de la misma mazorca y porque ¡Ayotzinapa somos
todos los oprimidos!”, Yo en particular siento el mismo desgarramiento interior
de esos días en que ocurrieron los hechos y al circular por Juárez, por la
alameda, al pasar por Bellas Artes, el llanto me recuerda tantas imágenes,
tantos rostros tristes, tanta gente que se ha solidarizado, y al ver que una
muchacha se desprende de la primera fila de los que vemos la presidencia del
acto con las lágrimas como aguacero, se me clava un dardo en el corazón, y veo
a mi sobrina Úrsula luchando en Papalotla por los 43, a mi ñora y a mija en las
marchas, a tantos compas en las brigadas de Tecoanapa y de Ayutla, a Amelia
Escalante, a Malú Huacuja y sus compañeros luchando en Nueva York por la misma
causa, A Fanzine, a Érika Velázquez y compañía por los mismos lares y a
Tonatiuh y sus compas organizando tocadas para mandar recursos a los familiares
de los 43, señalando que cada quien con sus propios métodos y a veces con sus
propios objetivos, unos pensando en la opción de los zapatistas chiapanecos,
como yo, otros creyendo en AMLO como "la salvación", y viendo la gira
que hacen a USA y a Europa otros familiares, y a los argentinos, ecuatorianos,
salvadoreños, peruanos, australianos, belgas, alemanes, chilenos, de todo el
mundo pues, sensibilizados por estos hechos ignominiosos, dan ganas de seguir y
seguir y seguir luchando ¡hasta la rechingada!, ¡Luchar hasta que estos hijos
de su reputísima madre que quieren vencernos por cansancio nos presenten vivos
a nuestros hermanos de Ayotzinapa!
Y termina el acto y me voy platicando con Juan C. Gaspar, maestro de Michoacán,
con el cual conversé sobre tantas cosas como la situación en la CNTE, sobre la
Tuta, sobre la mascarada de las elecciones, y juimos a llenar el buche a un
restaurante cercano al Zócalo, cansados, fatigados pero con unas ganas de
seguirle porque urge cambiar este sistema, Nos quedamos de ver palotra, y sí,
una jornada combativa y luchona...
¡VIVAN LOS TRABAJADORES DEL MUNDO!, ¡VIVA AYOTZINAPA ETERNA!
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